El pasado 22 de Octubre tuve el inmenso placer de dar una charla en mi ciudad, Puerto de Sagunto, para la Asociación Cultural Nautilus. La charla suscitó mucha curiosidad, y el número de participantes excedió con creces la capacidad de la sala que era de unas 130 personas. Me sorprendió muchísimo, y de forma muy grata, descubrir tanta gente ávida de conocimiento y preocupada por su futuro. Aunque no es habitual encontrar gente tan motivada, empezamos a oír como nuestros mayores se están convirtiendo en la generación más preparada de nuestra historia. En este caso, con un perfil cultural alto, y multitud de recursos en sus manos, estaban dispuestos a aprender de cualquier tecnología que les ayude.
La gente piensa que llevar una vida saludable implica un gran esfuerzo, pero muchas veces no son conscientes de que pequeños cambios pueden verse traducidos en grandes beneficios, especialmente en esta etapa de la vida. El simple gesto de beber agua puede significar un gran avance, no solo cuando se disfruta de buena salud, si no también en casos tan graves como ante un cáncer. El cuerpo es muy agradecido, y las tecnologías pueden ser de gran ayuda para conseguir estos pequeños logros (u otros más grandes).
Muchas veces, las tecnologías suscitan miedos ante un posible intrusismo, o el control que pueden ejercer sobre nuestras vidas, pero hay que mirar más allá. Las tecnologías son un medio en el que apoyarnos, una herramienta a la cual controlamos, no al revés, y que siempre se debe de ver como un complemento. Desde la tecnología más cotidiana como páginas web, o aplicaciones móviles hasta las innovaciones más punteras (robots asistenciales, y sociales, píldoras inteligentes, parches conectados…) Cada uno debe analizar cuales son sus capacidades y necesidades y tomar solo aquello con lo que se sienta cómodo.
Podéis ver la presentación en: Slideshare – Tecnologías para la Salud y envejecimiento activo
